El sumario del caso del sacerdote acusado de agredir sexualmente a cinco niñas en un colegio privado ha arrojado luz sobre las investigaciones que rodean estos graves hechos. Según la información a la que ha tenido acceso EL MUNDO, el clérigo implicado en el caso solamente respondió a las preguntas formuladas por su abogado durante los interrogatorios, manteniendo un hermetismo total ante las interrogantes del fiscal y el juez. Esta actitud, combinada con las evidencias presentadas, ha incrementado el interés mediático y social, poniendo bajo escrutinio los protocolos de protección infantil en instituciones educativas religiosas.
El caso ha generado una ola de indignación y preocupación entre los padres de estudiantes del colegio y la comunidad en general, quienes exigen respuestas claras y acciones contundentes por parte de las autoridades eclesiásticas y judiciales. Las declaraciones de las presuntas víctimas han sido instrumentales en la acusación, revelando patrones de comportamiento que apuntan a un uso sistemático de manipulación y poder por parte del acusado. Mientras el proceso judicial sigue su curso, el colegio ha iniciado una revisión interna de sus políticas de seguridad para garantizar un entorno seguro para sus alumnos, en un intento de restaurar la confianza perdida entre la comunidad educativa.
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