Una explosión durante la madrugada de este lunes permitió el robo de al menos cuatro obras maestras arqueológicas del Museo Drents, ubicado en Assen, Países Bajos. Las piezas sustraídas, el casco de oro de Cotofenesti y tres brazaletes del mismo metal, formaban parte de una exposición dedicada al antiguo reino dacio, organizada conjuntamente con el Museo Nacional de Historia de Bucarest. La policía neerlandesa investiga los hechos, con ya varios sospechosos identificados gracias a las grabaciones de las cámaras de seguridad. Un automóvil incendiado, encontrado cerca del lugar, podría estar relacionado con el robo, sugiriendo que los delincuentes pudieron cambiar de vehículo tras la sustracción.
El robo ha sido calificado como un «día negro» por Harry Tupan, director del museo neerlandés, mientras que Ernest Oberlander-Tarnoveanu, director del museo rumano, espera la recuperación de los valiosos artefactos, considerándolos demasiado importantes para ser vendidos fácilmente. Artur Brand, conocido como el «detective del arte», menciona la posibilidad de que los ladrones planearan el robo para fundir el oro de las piezas. Este incidente es comparable al sucedido en 2017 en Berlín, cuando fue robada y posteriormente fundida la moneda de oro más grande del mundo. La exposición «Dacia, el imperio del oro y la plata» buscaba destacar el patrimonio cultural de los dacios, un pueblo que, según el historiador griego Herodoto, “estaba cubierto de oro”, atrayendo así la conquista romana por la riqueza de su territorio.
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