El volcán Poás, situado en Chahuites, Costa Rica, sorprendió a todos al entrar en erupción este pasado lunes, generando una columna de ceniza que alcanzó una altura de tres kilómetros. Esta repentina actividad ha captado rápidamente la atención tanto de turistas como de expertos en vulcanología, quienes han comenzado a seguir de cerca los acontecimientos a través de las redes sociales. La popular atracción turística del país centroamericano ha vuelto a recordar la importancia de la vigilancia constante de los fenómenos volcánicos en una región donde estas manifestaciones de la naturaleza no son raras.
El Observatorio Vulcanológico y Sismológico de Costa Rica (Ovsicori) ha estado monitoreando la situación muy de cerca, emitiendo alertas a la población local sobre la caída de ceniza en áreas circundantes. Marteen de Moor, sismólogo del Ovsicori, informó que los informes de caída de ceniza ya han comenzado a llegar, y la institución está preparándose para continuar con el seguimiento continuo del fenómeno. El evento destaca la relevancia de la preparación y respuesta ante este tipo de situaciones, un recordatorio crucial en un momento en el que, a nivel global, muchas localidades con actividad volcánica enfrentan retos similares con márgenes de tiempo variables para reaccionar y proteger a sus comunidades.
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