Una cámara de seguridad captó el impactante momento en que Francisco Wanderley Luiz, de 59 años, se hizo explotar frente al Tribunal Supremo de Brasil en la noche del miércoles. Luiz, tras haber fracasado en su intento de ingresar al edificio en Brasilia, lanzó varios artefactos explosivos contra una estatua situada en el exterior del tribunal. Luego de este primer ataque, colocó un explosivo en su cabeza, se acostó en el suelo y esperó la inminente detonación. Este acto de violencia ha generado gran conmoción en la capital brasileña, en un momento especialmente delicado dado el contexto político y social que atraviesa el país.
El atacante había anunciado previamente sus intenciones en redes sociales, donde publicó diversas amenazas y anticipó el ataque. Luiz, quien además dejó un coche bomba que explotó en un estacionamiento cercano a la Corte Suprema, ha sido vinculado por la policía brasileña a grupos extremistas, aunque las autoridades han enfatizado que actuó de manera solitaria. Este atentado ocurre en vísperas de la cumbre del G-20, que se inaugurará en Río de Janeiro el lunes, aumentando las preocupaciones sobre la seguridad en torno a este importante evento internacional. El incidente subraya la creciente polarización y las tensiones políticas en Brasil.
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