China, una potencia en tecnología espacial, ha enfrentado recientes contratiempos con sus cohetes. El CZ-2C, que debía colocar en órbita un satélite franco-chino, sufrió una falla y su primera etapa impactó en un monte cercano a Xichang, sin causar víctimas. Otro cohete, el Tianlong-3, experimentó un fallo estructural en una prueba en Gongyi, desintegrándose a 1,5 kilómetros de la plataforma de lanzamiento, también sin víctimas. Ambos incidentes han puesto en riesgo a la población, por lo que China planea implementar rejillas aerodinámicas y paracaídas en sus futuros cohetes para evitar situaciones similares.
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