La triatleta suiza Imogen Simmonds ha visto la luz al final de un largo túnel de incertidumbre después de que la Agencia Internacional de Pruebas (ITA) anunciará la revocación de su suspensión por un positivo en ligandrol. Este veredicto, que llega casi un año después de que se detectara la sustancia prohibida en un control antidopaje previo al Campeonato del Mundo Ironman en Nueva Zelanda, se basa en la comprobación de que la contaminación se debió a un contacto íntimo inadvertido con su pareja, quien consumía el compuesto sin que ella lo supiera. La ITA ha destacado que Simmonds no tuvo culpa ni negligencia, permitiéndole regresar a las competiciones de inmediato.
En una sentida declaración, Simmonds ha expresado su alivio tras la resolución del caso, señalando que la experiencia la llevó a experimentar una pérdida de identidad y dignidad que le causó un profundo sufrimiento. La triatleta ha remarcado el impacto que este proceso tuvo en su vida y ha pedido a la ITA que haga más transparente y ágil el camino para que otros atletas puedan demostrar su inocencia. A pesar de la pesadilla que vivió durante los últimos meses, Simmonds reafirma su amor por el triatlón y su deseo de seguir activa en el deporte, sembrando esperanza para el futuro.
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