En un reciente comunicado, el presidente de la ciudad autónoma de Melilla destacó las limitaciones comerciales impuestas por las restricciones aduaneras en su relación con Marruecos. Según sus declaraciones, Melilla enfrenta un dilema económico, ya que no podría comercializar con Marruecos los productos que importa, sino únicamente aquellos que se producen localmente. Esta situación resalta la falta de producción propia significativa de Melilla, llevando al mandatario a afirmar que, en términos prácticos, no tienen productos locales para ofrecer al país vecino. Frente a este obstáculo, la ciudad busca alternativas para no depender exclusivamente de sus reducidas capacidades de manufactura.
Por otro lado, Marruecos aprovecharía esta coyuntura para ofrecer a Melilla principalmente áridos y alimentos, productos que, según los análisis, no impactarían sustancialmente en la economía local melillense debido a su naturaleza básica. Esta asimetría en el intercambio comercial podría intensificar las tensiones económicas y diplomáticas entre ambos territorios, dado que Marruecos parece tener mayores ventajas bajo las condiciones actuales del mercado. La situación plantea un desafío para Melilla, que se ve obligada a revaluar su estrategia comercial y buscar formas de diversificación económica para sostener su desarrollo en medio de estas restricciones.
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