El concierto de Imagine Dragons en el Estadio Olímpico de Barcelona se convirtió en un espectáculo que fusionó música y emociones, creando una atmósfera de felicidad y superación personal entre los asistentes. Durante más de dos horas, la banda originaria de Las Vegas ofreció un show lleno de luces y efectos especiales, donde Dan Reynolds, el vocalista, se destacó por su carisma y cercanía con el público. Desde el inicio con «Fire In These Hills», el espectáculo fue un torbellino de sonidos y colores que incluyó elementos como confeti, fuegos artificiales y gigantescos balones de playa, deleitando a una multitud que coreó grandes éxitos como «Thunder». La actuación en directo demostró la capacidad del grupo para conectar con masas, creando una experiencia única que va más allá de la simple escucha de un álbum.
La versatilidad y presencia de Dan Reynolds se hicieron evidentes mientras interactuaba con el público en un precario español, declamando versos de José Martí y abriendo un espacio para hablar sobre temas de salud mental. Estos gestos, junto con su impresionante actuación en «Radioactive» a la batería, refuerzan los mensajes de esperanza y autosuperación que caracterizan a la banda. Hacia el final del concierto, Imagine Dragons se despidió con «Believer», un tema que destacó por su fuerte presencia en las plataformas de streaming. Con su mezcla de rock, electrónica y pop, la banda reafirmó su estatus como una de las favoritas en grandes recintos, dejando a su paso una multitud satisfecha y un recuerdo imborrable de una noche mágica en Barcelona.
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