La vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, ha expresado su descontento con el «debate de clase» generado tras la dimisión de Noelia Núñez, quien admitió que no había completado sus estudios, a pesar de lo que indicaba su currículum. Díaz subrayó que este enfoque es «horrible» y defendió la idea de que la política podría beneficiarse de la diversidad de experiencias, deseando ver a personas de distintos oficios, como albañiles o limpiadoras, en roles gubernamentales. La ministra de Trabajo también se refirió al impacto de la «mayoría destructiva» en el Congreso, compuesta por grupos como el PP y Vox, que buscan obstaculizar iniciativas del Gobierno.
A pesar de las dificultades en la aritmética parlamentaria y la constante oposición, Díaz aseguró que el Gobierno sigue funcionando y que la legislatura es viable. Reconoció que hay errores en la gestión, pero enfatizó que la responsabilidad por el fracaso de votaciones como el reciente decreto ‘antiapagones’ no recae en el Ejecutivo, sino en aquellos que operan con una política de negación. Díaz confía en avanzar con proyectos pendientes, como el Estatuto del becario y los permisos parentales retribuidos, aunque aún sin un consenso completo con sus socios del PSOE.
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