Una avalancha devastadora recientemente azotó una región montañosa, dejando un saldo trágico que continúa aumentando a medida que avanzan las labores de rescate. Las autoridades locales han confirmado que más de una decena de personas han perdido la vida, mientras que varias más se encuentran desaparecidas. Equipos de rescate, junto con voluntarios, trabajan contrarreloj entre el caos y los escombros para localizar sobrevivientes. El difícil acceso a la zona, sumado a las condiciones climáticas adversas, ha complicado las operaciones de búsqueda y rescate.
Las comunidades afectadas permanecen en estado de alerta, con evacuaciones en marcha mientras persiste el riesgo de nuevas avalanchas debido a las intensas lluvias. Expertos en geología han advertido sobre la continua inestabilidad del terreno, instando a los residentes a seguir las directrices de seguridad emitidas por las autoridades. El gobierno central ha prometido asistencia inmediata para apoyar a los afectados y ha desplegado recursos para ayudar en las tareas humanitarias y de reconstrucción. La tragedia ha generado una ola de solidaridad nacional, con donaciones de organizaciones no gubernamentales y particulares que buscan brindar alivio a las familias golpeadas por el desastre.
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