Las tensiones en Los Ángeles se intensifican tras una serie de redadas llevadas a cabo por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Las protestas, que han congregado a miles de personas, reflejan el creciente malestar de la comunidad inmigrante y sus aliados frente a lo que califican como medidas draconianas y desproporcionadas. Las manifestaciones, que han tenido lugar en varios puntos de la ciudad, destacan por su carácter pacífico, aunque la presencia policial ha sido notable para evitar posibles altercados. Los líderes comunitarios han elevado su voz, exigiendo una revisión de las políticas migratorias y un trato más humano hacia los inmigrantes.
En el centro de la controversia se encuentran las redadas realizadas por el ICE, que han suscitado críticas tanto a nivel local como nacional. Los organizadores de las protestas han manifestado que estas acciones generan miedo y desestabilizan a familias que llevan años residiendo en el país. Además, han abogado por políticas que promuevan la inclusión y la integración. El gobierno local de Los Ángeles ha expresado su preocupación, instando a las autoridades federales a considerar el impacto social de sus acciones. Mientras tanto, la ciudad se prepara para más movilizaciones, con los activistas decididos a mantener la presión hasta lograr cambios significativos en las políticas de inmigración.
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