El presidente de la Generalitat se ha pronunciado de manera contundente contra el discurso de la derecha en relación a la inmigración, enfatizando que su gobierno no participará en la narrativa que busca clasificar a los inmigrantes en «buenos» o «malos» basándose en características como el color de piel o su país de origen. Este posicionamiento se produce en un contexto donde, según él, ciertos sectores políticos intentan dividir a la población y fomentar la discriminación. Su declaración busca reafirmar el compromiso de su administración con una política de inclusión y respeto a la diversidad.
Durante su intervención, el presidente también aprovechó para hacer un llamado a la unidad y al respeto por los derechos humanos, insistiendo en que la convivencia pacífica y el enriquecimiento cultural son pilares fundamentales de la sociedad catalana. Recalcó que la Generalitat seguirá trabajando en políticas que promuevan la integración y que respeten la dignidad de todas las personas, independientemente de su origen. Este pronunciamiento se enmarca en el debate nacional sobre la gestión de la inmigración y las crecientes tensiones políticas al respecto.
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