El Gobierno de Cataluña, encabezado por Salvador Illa, ha decidido no esperar a que finalice la prórroga de 90 días otorgada por la administración de Donald Trump a los aranceles sobre productos de la Unión Europea y ha puesto en marcha un plan antiaranceles. Este plan, dotado con 1.500 millones de euros en ayudas y préstamos, se ha diseñado para mitigar el impacto potencial sobre la economía catalana, especialmente en sectores clave como la industria farmacéutica. Durante una visita a Milán, el president reafirmó su compromiso de proteger a las empresas afectadas, destacando la importancia de la industria farmacéutica catalana, que representa el 60% de las exportaciones españolas de medicamentos hacia Estados Unidos.
En una reunión con el sector farmacéutico, Salvador Illa destacó las distintas realidades que enfrentan las empresas ante el escenario arancelario de Trump. Mientras Grifols, con una fuerte infraestructura en Estados Unidos, se mantendría al margen de los efectos negativos, Almirall, cuyo negocio en el país norteamericano es limitado, también estaría menos expuesto. Sin embargo, multinacionales como AstraZeneca, con un centro renovado en Barcelona, y Novartis, que ha anunciado una significativa inversión en Estados Unidos, se encontrarían en una posición más vulnerable si los aranceles se incrementan al 20%. La respuesta del Gobierno busca asegurar que, ante cualquier eventualidad, uno de los sectores más dinámicos del tejido empresarial catalán esté protegido frente a cambios en la política internacional.
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