El panorama político en Cataluña ha cambiado drásticamente tras el declive del movimiento independentista, dejando un vacío que Salvador Illa busca llenar con su reciente plan económico. Este plan, que destina 18.500 millones de euros hasta el 2030, tiene como objetivo no solo revitalizar la economía catalana sino también reubicar a Cataluña como un motor clave en Europa. Bajo el lema «Cataluña lidera», Illa busca superar la etapa de inestabilidad política y social que marcó la última década, aumentando la autoestima política y asegurando una posición estable y próspera para la región tanto en España como en Europa.
El ascenso del PSC al poder en 2024, bajo una frágil mayoría de izquierdas, vino con la promesa de restaurar la normalidad tras los años de fervor soberanista. Sin embargo, la definición de «normalidad» está en discusión. El enfoque de Illa pone un énfasis pragmático en la reindustrialización, la construcción de viviendas, y la expansión de energías renovables, entre otros aspectos. Este plan ha sido bien recibido por los agentes económicos y promete no dejar atrás a ningún sector de la población. Además de las mejoras económicas tangibles, busca sanar las heridas del pasado, ofreciendo una alternativa al desánimo político, y preparando el camino para que Illa se presente como una figura central y moderada en las próximas elecciones al Parlament.
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