En un reciente acuerdo conocido como el Pacte Per la Llengua, se busca fortalecer y proteger el uso del catalán en diversos ámbitos de la sociedad. El pacto ha sido respaldado por varias fuerzas políticas y sociales, destacando su importancia para la promoción de la lengua catalana. Sin embargo, no todos comparten el entusiasmo. Los partidos Junts y la CUP se han distanciado del acuerdo debido a diferencias con los socialistas, quienes son parte clave en la alianza. Estas discrepancias giran en torno a la implementación y los compromisos asumidos en materia de política lingüística.
La divergencia pone de manifiesto las tensiones políticas que persisten en Cataluña respecto al papel del catalán. Mientras algunos partidos abogan por medidas más estrictas para asegurar su uso, otros buscan un enfoque más equilibrado que no excluya al castellano. A pesar de estas diferencias, el pacto sigue adelante con el apoyo mayoritario de otros sectores políticos, quienes subrayan la necesidad de fortalecer la lengua como elemento identitario y cultural de la región. Este debate refleja la complejidad de encontrar un consenso en un tema tan sensible y profundamente arraigado en la política catalana.
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