El presidente de la Generalitat ha optado por una estrategia diplomática para evitar la detención de un destacado figura política acusado de malversación. En un movimiento que busca salvaguardar la imagen internacional de la Generalitat, se ha reunido en el extranjero con el acusado, cuya presencia en territorio nacional podría desencadenar medidas legales inmediatas. Esta cita, de carácter discreto, busca encontrar una solución que prevenga una posible escalada judicial, evitando así un conflicto que podría tener repercusiones políticas significativas.
El encuentro, que ha sido confirmado por fuentes cercanas, refleja la complejidad de la situación legal que enfrenta el acusado, conocido por su influencia en círculos políticos de alto nivel. Las conversaciones se mantienen bajo estricta confidencialidad, mientras el gobierno catalán intenta gestionar la crisis sin perturbar las relaciones internacionales. Este caso ha despertado interés mediático y se espera que nuevas revelaciones detallen el alcance de las negociaciones y sus posibles implicaciones políticas y legales.
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