En un discurso navideño que marcó un cambio de tono respecto a años anteriores, el presidente de la Generalitat se distanció de la retórica confrontacional característica de la época del ‘procés’. Durante su intervención, la figura principal de la política catalana optó por un mensaje conciliador y centrado en la unidad, evitando alusiones directas a las tensiones políticas pasadas. Esta estrategia de comunicación parece reflejar un intento de calmar los ánimos y de abrir un nuevo capítulo en la política catalana, marcado por la cooperación y el entendimiento entre diferentes sectores de la sociedad. La ausencia de mensajes políticos directos sugiere una voluntad de superar divisiones y avanzar hacia un futuro más inclusivo.
El discurso, transmitido en un ambiente sobrio, subrayó la importancia de concentrarse en los desafíos comunes que enfrenta la comunidad, tales como la economía y el bienestar social, dejando atrás las divisiones del pasado. Con un enfoque en valores compartidos y en la necesidad de trabajar juntos para el bienestar de todos los ciudadanos, el presidente busca reposicionar su liderazgo como un catalizador de unidad y progreso. Este giro en la narrativa oficial podría ser interpretado como un intento de desactivar tensiones y fomentar un clima más dialogante y constructivo, alejándose de la estridencia política que había predominado en años anteriores. Con esta postura, el presidente de la Generalitat pretende allanar el camino hacia una era de mayor estabilidad y cohesión social en Cataluña.
Leer noticia completa en El Mundo.