El Espacio Iberdrola Music se ha convertido en el epicentro de una controversia que afecta a miles de vecinos en Getafe. Durante el pasado fin de semana, el festival Reggaeton Beach provocó el cierre de la circulación en el barrio de Getafe Norte, una medida que ha vuelto a encender los ánimos de los residentes y autoridades locales.
Con el 70% de los asistentes utilizando Getafe como vía de acceso al evento, las cifras superaron con creces las previsiones iniciales del 20%. Este aumento en el tránsito afectó significativamente a la movilidad, ya que muchos asistentes optaron por utilizar el transporte público local, sobre todo la estación de Cercanías de Las Margaritas, en vez de las estaciones en Madrid, que es responsable de otorgar las licencias para estos eventos.
El Gobierno Municipal de Getafe ha expresado su descontento con la decisión adoptada por la Delegación del Gobierno y el Ayuntamiento de Madrid. Según denuncian, Iberdrola Music busca establecer a Getafe como la principal entrada para sus macroeventos, lo que genera inconvenientes sin que medie un proceso de diálogo o compensación. A pesar de las repetidas solicitudes, las razones técnicas de esta decisión no han sido proporcionadas por las autoridades competentes.
La problemática no se limita al tráfico vehicular, sino que también involucra la seguridad y la gestión de espacios públicos. Durante el festival Mad Cool, se observó una situación similar con personas caminando por la M-45 y taxis y VTC saturando las calles de Getafe, a pesar de los dispositivos de seguridad implementados.
El ayuntamiento también ha subrayado que los gastos asociados a la seguridad, limpieza y servicios municipales generados por estos eventos aún no han sido cubiertos por las organizaciones responsables, incluyendo a Mad Cool, Reggaeton Beach e Iberdrola Music.
Ante esta situación, se hace un llamado urgente para abordar estas problemáticas. Getafe solicita el cese definitivo de estas prácticas y evalúa exigir el cierre del recinto por los continuos inconvenientes. La disputa evidencia la necesidad de replantear la gestión y la organización de eventos de gran envergadura que trascienden límites geográficos, afectando directamente la calidad de vida de comunidades vecinas.