La reciente alerta de Red Eléctrica Española (REE) sobre «variaciones bruscas de tensión» en la red ha suscitado preocupaciones sobre la estabilidad del sistema eléctrico del país, a raíz del apagón masivo que tuvo lugar el pasado 28 de abril. Este colapso dejó a millones de personas sin suministro eléctrico durante horas, generando inquietud entre ciudadanos, empresas y servicios esenciales. Aunque la inteligencia artificial evalúa que no hay un riesgo inminente de un nuevo apagón, reconoce que la combinación de alta penetración renovable, picos de demanda y falta de inercia eléctrica está poniendo la red en un estado crítico.
En respuesta a esta situación, REE ha solicitado a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) la aprobación de cambios regulatorios temporales para reforzar la estabilidad de la red. Algunas de las medidas propuestas incluyen retrasar la inyección de energía de las centrales renovables y limitar la entrada de electricidad durante periodos de exceso de producción. A pesar de las preocupaciones, el operador insiste en que no existe un peligro inmediato de apagón, y las medidas se consideran preventivas. La inteligencia artificial también ajusta sus predicciones, afirmando que si se implementan a tiempo las iniciativas, es poco probable que se repita un episodio como el de abril, aunque el sistema sigue siendo vulnerable a alteraciones extremas.
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