Una reciente disrupción tecnológica en la Península ha puesto de manifiesto la fragilidad de nuestra dependencia de las infraestructuras modernas. Esta situación ha subrayado la capacidad de la logística avanzada para afrontar desafíos contemporáneos como pandemias, ciberataques y guerras comerciales. La industria logística, con 11 millones de empleos y contribuyendo al 10% del PIB de la UE, ha evolucionado de manera significativa, transformándose de mero complemento industrial a motor crucial en la economía actual. De hecho, en el próximo Salón Internacional de la Logística (SIL) en Barcelona, del 18 al 20 de junio, expertos y empresas líderes del sector se reunirán para discutir la resistencia y la evolución de las cadenas de suministro ante posibles colapsos.
Especialistas como Matías Mellinas de Almalift y Szymon Kuc de Cadenity AI destacan el impacto potencial que una interrupción logística podría tener en la vida moderna, desde tiendas vacías hasta producción paralizada. La logística 4.0 se presenta como la clave para evitar este tipo de crisis mediante la integración de tecnología avanzada, gestión de datos y adaptación rápida a cambios regulatorios y ambientales. Innovaciones como vehículos autónomos y plataformas de inteligencia artificial están redefiniendo las operaciones logísticas, haciéndolas más autónomas, integradas y predictivas. Con una creciente presión geopolítica y económica, la industria se enfrenta al reto de combinar sostenibilidad, eficiencia y cooperación internacional para mantener la continuidad del suministro global.
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