La reciente presentación del procesador C86-5G por parte de Hygon marca un importante avance en la computación de alto rendimiento, especialmente en el ámbito de los servidores. Este nuevo modelo, con capacidad para un máximo de 128 núcleos y 512 hilos de procesamiento simultáneo gracias a su tecnología SMT de cuatro vías, sitúa a Hygon como un importante jugador en el mercado chino de inteligencia artificial, análisis de datos y virtualización empresarial.
Hygon ha construido la arquitectura de la C86-5G sobre la base del diseño AMD Zen, adquirido antes de las restricciones tecnológicas de EE. UU. Con cada generación, la compañía ha logrado aumentar la eficiencia, alcanzando en esta quinta iteración un incremento del 17% en instrucciones por ciclo (IPC) respecto a su modelo anterior. Este avance es crítico para las aplicaciones que requieren cálculos intensivos y procesamiento paralelo.
Este procesador soporta memoria DDR5 con un impresionante ancho de banda a 5.600 MT/s y proporciona 128 líneas PCIe 5.0, permitiendo conexiones rápidas y eficientes con otros componentes como unidades NVMe o tarjetas de red. Adicionalmente, la inclusión de soporte para CXL 2.0 abre posibilidades para arquitecturas desagregadas, cruciales en los modernos centros de datos.
A pesar de los desafíos que el SMT de cuatro vías ha representado históricamente, Hygon afirma haber superado tales obstáculos, presentando un sistema optimizado para entornos homogéneos de servidores. Esto contrasta con enfoques anteriores, como el de Intel, que optó por abandonar dicha tecnología por complejidades en configuraciones híbridas.
Este desarrollo de Hygon no solo es técnico, sino también estratégico. En un contexto de creciente independencia tecnológica, el C86-5G refuerza la capacidad de China para innovar y competir en el campo de los semiconductores. Queda por resolver el misterio sobre el nodo de fabricación de esta CPU, especialmente considerando las tensiones comerciales actuales. La elección entre TSMC y SMIC puede influir significativamente en sus capacidades industriales.
En conjunto, el C86-5G representa un avance significativo hacia la soberanía tecnológica de China, y un potencial actor clave en la transformación de sus infraestructuras tecnológicas y de inteligencia artificial. Con esto, el enfoque en la supremacía tecnológica se amplía, y ya no es un juego dominado exclusivamente por AMD, Intel y ARM.
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