En el ámbito futbolístico argentino, la evolución del rol del arquero ha sido significativa, especialmente en lo que respecta a su participación activa en el juego con los pies. Una figura que destaca en esta transformación es la del legendario Hugo Gatti, quien durante su carrera cambió la percepción del puesto de portero. Conocido por su estilo osado y poco convencional, Gatti no solo se dedicaba a detener balones con las manos, sino que también se aventuraba fuera del área para participar en la creación de juego, algo que en su época era considerado revolucionario y riesgoso.
El impacto de Gatti en el fútbol argentino va más allá de sus logros individuales; su manera de entender el fútbol y la función del portero influyó en generaciones posteriores, inspirando a futuros arqueros a adoptar un enfoque más dinámico y completo. La audacia de Gatti al jugar con los pies pavimentó el camino para que el arquero moderno no solo sea un guardián del arco, sino también un jugador de campo más, capaz de integrarse estratégicamente en el esquema del equipo. Esta visión ha hecho que el fútbol argentino sea reconocido por la habilidad técnica y versatilidad de sus arqueros.
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