La huelga general que se extendió por toda Italia el lunes marcó una contundente protesta en apoyo a Gaza y contra lo que los organizadores describieron como el «genocidio» del pueblo palestino. Convocada por la Unión de Sindicatos de Base (USB), la huelga buscó presionar al gobierno italiano, liderado por Giorgia Meloni, para que corte sus vínculos con Israel. La USB, a pesar de no ser un sindicato mayoritario, movilizó a estudiantes, docentes y ciudadanos en 81 ciudades de Italia, logrando una significativa participación juvenil en las manifestaciones. En varios puntos del país, la protesta interrumpió servicios clave como transporte, educación y logística, mientras se registraban confrontaciones en lugares como la estación central de Milán.
Las actividades en puertos y transportes sufrieron importantes interrupciones, aunque los aeropuertos no se vieron afectados. Antonio Salvini, ministro de Infraestructuras y Transportes, aseguró que la suspensión del servicio ferroviario fue limitada, aunque la USB afirmó afectaciones más amplias. Ciudades como Roma, Milán y Nápoles vivieron momentos de caos y desacuerdos en el conteo de manifestantes entre organizadores y autoridades. Además, se destacó la participación de embarcaciones italianas en la Global Sumud Flotilla con destino a Gaza, mientras puertos como Génova y Venecia fueron bloqueados en apoyo a la causa palestina.
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