Desde la madrugada pasada, una huelga ha llevado a la cancelación de 3.400 vuelos, afectando a casi medio millón de pasajeros a nivel mundial. Esta situación ha generado caos en los aeropuertos, donde largas filas y la frustración de los viajeros son la norma. Los motivos de la huelga se centran en disputas laborales entre el personal aeronáutico y las empresas del sector, que no han logrado llegar a un acuerdo satisfactorio tras extensas negociaciones. Los sindicatos demandan mejoras en los salarios y las condiciones laborales, aspectos que consideran esenciales tras un período de alta demanda en la industria aérea post-pandemia.
Mientras tanto, las aerolíneas intentan mitigar el impacto ofreciendo reembolsos o alternativas de viaje, aunque muchos pasajeros critican la falta de respuestas rápidas y efectivas. Las autoridades aeroportuarias están trabajando para manejar el aumento en el volumen de personas afectadas, estableciendo áreas temporales de atención al cliente para abordar quejas y proveer información actualizada. La incertidumbre persiste sobre cuánto tiempo durarán estas cancelaciones, mientras las negociaciones continúan en un intento por resolver el conflicto lo antes posible y minimizar el impacto económico del sector turístico y comercial.
Leer noticia completa en El Mundo.