Huawei ha vuelto a atraer la atención global con el anuncio de su primer ordenador personal equipado con el sistema operativo HarmonyOS y un innovador chip, el Kirin X90, fabricado con tecnología de 5 nanómetros. Este desarrollo marca un importante avance para la tecnológica china en su intento por superar las restricciones impuestas por las sanciones estadounidenses, ya que la nueva plataforma se nutre de una cadena de producción completamente nacional.
La trayectoria de este hito tecnológico se remonta a 2020, cuando Huawei fue incluida en la “lista de entidades” del Departamento de Comercio de Estados Unidos, una medida que bloqueó su acceso a proveedores que utilizan tecnología estadounidense, cortando así la colaboración con TSMC, el gigante taiwanés de fabricación de chips. Huawei sobrevivió inicialmente con los lotes existentes del Kirin 9000, pero a medida que esas reservas se agotaron, recurrió a alternativas menos avanzadas de Qualcomm y desarrollos locales junto a SMIC.
En 2023, la empresa presentó el Kirin 9000S, basado en tecnología de 7 nanómetros, aunque con desafíos de eficiencia y producción. El lanzamiento del Kirin X90 representa un avance significativo, especialmente por la polémica calificación de “5 nanómetros”. Huawei y sus socios en China, como SMIC y JCET, lograron acercarse a esta tecnología sin utilizar la litografía ultravioleta extrema (EUV), reemplazándola con técnicas de litografía DUV mediante múltiples exposiciones, lo que, aunque incrementa el costo y reduce la eficiencia, permite obtener dimensiones cercanas a los 5 nm.
En un esfuerzo por eludir la dependencia de la tecnología extranjera, Huawei ha desarrollado un ecosistema completamente nacional. Shanghai Micro Electronics Equipment Group (SMEE) proporciona las máquinas de escaneo, mientras que Advanced Micro-Fabrication Equipment Inc. (AMEC) y Naura Technology aportan tecnología de grabado y metrología avanzada, respectivamente.
Mirando hacia el futuro, Huawei ya trabaja en el desarrollo de chips de 3 nanómetros y ha dado los primeros pasos en la producción de un chip basado en nanotubos de carbono, mostrando así su intención de seguir a la vanguardia tecnológica. Estos avances refuerzan la industria nacional de semiconductores de China y demuestran su capacidad de innovación.
Desde la perspectiva geopolítica, este lanzamiento simboliza un avance crucial en la autonomía tecnológica de China. Mientras que Estados Unidos investiga posibles violaciones de control de exportaciones, el Kirin X90 y el HarmonyPC parecen ser el primer movimiento de una serie de desarrollos que podrían redefinir el panorama tecnológico asiático.
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