En un nuevo capítulo de la competencia tecnológica entre China y Estados Unidos, Huawei planea introducir su nuevo procesador insignia, el Kirin 9030, en el último trimestre de 2025. El chip marcará un hito en la autosuficiencia tecnológica china, al ser el primero fabricado completamente con tecnología nacional comparable al proceso de 5 nm.
El Kirin 9030 representa un avance significativo tras las restricciones estadounidenses que afectaron a Huawei y su línea Kirin. Después de años de depender de soluciones externas, la empresa logró un regreso notable con el Kirin 9020, y ahora avanza hacia un mayor protagonismo al utilizar procesos de fabricación de SMIC, el principal fabricante de chips de China.
El nuevo chip utilizará el proceso N+3 de SMIC, ofreciendo una densidad de 125 millones de transistores por milímetro cuadrado. Aunque se sitúa cerca de los 5 nm de Samsung en términos de densidad, su rendimiento se asemeja más al N7P y N6 de TSMC. Esto refleja un progreso significativo para una industria que superó recientemente los nodos de 14 nm.
Las especificaciones filtradas del Kirin 9030 sugieren una arquitectura basada en ARMv9, con una configuración de CPU de hasta 8 núcleos de alto rendimiento y 4 de eficiencia. También contará con una GPU compatible con ray tracing, una NPU diseñada para inteligencia artificial generativa y soporte para LPDDR5X y UFS 4.0. Además, ofrecerá conectividad 5G, Wi-Fi 7 y Bluetooth 5.4.
Se espera que el Kirin 9030 impulse la futura serie Huawei Mate 80 y P80, con dispositivos que podrían superar fácilmente los 1.000 euros en Europa, posicionando a Huawei junto a gigantes como Apple y Samsung en el mercado premium.
Este desarrollo es más que un simple avance tecnológico; es un mensaje político y tecnológico de China. A pesar de las limitaciones impuestas por el acceso restringido a equipos de litografía EUV, China ha optimizado su tecnología DUV y la arquitectura FinFET para mantenerse competitiva. Aunque enfrenta desafíos en rendimiento y producción, el avance muestra que el aislamiento tecnológico no ha detenido los progresos chinos.
El lanzamiento del Kirin 9030 tendrá un impacto significativo en la geopolítica de los semiconductores, evidenciando que Huawei podría una vez más convertirse en un referente tecnológico, mientras China celebra un triunfo en su autosuficiencia industrial.
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