Bajo la dirección del área de Terapia Ocupacional, los pacientes del Servicio de Rehabilitación y de la Unidad Breve de Psiquiatría, en colaboración con Paritorio, han creado una iniciativa conmovedora: la elaboración de gorros para los recién nacidos del hospital. Estos gorros, aunque cumplen una función práctica como prendas de vestir, trascienden su propósito inicial al simbolizar la humanización del proceso hospitalario, añadiendo un toque de color y alegría a momentos tan cruciales como el nacimiento de un hijo.
Las actividades manuales desempeñan un papel crucial en la terapia de los pacientes, proporcionando una avenida para la expresión de creatividad y habilidades individuales, lo que a su vez mejora la autoestima. El acto de involucrarse en estas tareas fomenta el desarrollo de la psicomotricidad y la coordinación física, aspectos esenciales para quienes enfrentan dificultades en estas áreas. Este enfoque terapéutico no solo ofrece beneficios físicos, sino que también promueve el bienestar emocional.
La elaboración de los gorros no se limita a ser una actividad terapéutica significativa; también representa un gesto altruista hacia la comunidad hospitalaria, fortaleciendo el sentido de valía y pertenencia de los pacientes. La peculiaridad de este proyecto radica en su capacidad para brindar a los participantes una oportunidad de contribuir de manera tangible a una causa noble, elevando su espíritu y dotándolos de un sentido de propósito.
Específicamente, los pacientes de Rehabilitación han empleado vendajes de distintos tamaños para tejer los gorros, demostrando destreza y creatividad en su confección. Por otro lado, los pacientes de Psiquiatría se han encargado de la decoración personalizada de estas prendas, aportando su toque único y delicado para los beneficiarios finales: los recién nacidos del hospital.
El resultado de esta colaboración interdepartamental es mucho más que una prenda para los más pequeños; es un símbolo de esperanza, resiliencia y comunidad. Este proyecto demuestra cómo, a través de la creatividad y el esfuerzo colectivo, se puede transformar la experiencia hospitalaria, aportando alegría y alivio tanto a los pacientes que participan en la creación de los gorros como a las familias que los reciben en uno de los momentos más importantes de sus vidas.