La madrugada del lunes se tornó en una escena de horror en la Franja de Gaza, tras los bombardeos israelíes que causaron estragos, particularmente en el centro de la región. Un hospital y una escuela convertidos en refugios temporales para desplazados sufrieron ataques devastadores, dejando un saldo trágico de al menos 25 muertos y decenas de heridos, muchos de ellos con quemaduras severas.
El hospital Al Aqsa, ubicado en Deir al-Balah, fue uno de los blancos más golpeados. Un ataque aéreo desató un incendio que devoró las tiendas de campaña donde se refugiaban personas desplazadas por el conflicto. Hasta el momento, se han reportado cuatro muertos y más de 70 heridos, de los cuales 25 se encuentran en estado crítico.
No muy lejos de allí, en Nuseirat, una escuela administrada por la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados Palestinos (UNRWA) también fue alcanzada por las bombas. Este lugar, que estaba planeado para ser un centro de vacunación en medio de la campaña contra la polio, sufrió daños significativos, obligando a cancelar la operación sanitaria. En este ataque, más de 20 personas perdieron la vida.
Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, describió esta fatídica noche como un “horror” para las comunidades afectadas. Los sobrevivientes, muchos de los cuales ahora nuevamente sin refugio, enfrentan la incertidumbre de un conflicto que parece no dar tregua. En el campo de batalla político y social, las imágenes de rescatistas entre los escombros, intentando desesperadamente encontrar supervivientes, han inundado las redes sociales, mostrando al mundo la crudeza de la situación.
A pesar del escenario atroz, organizaciones de la ONU han iniciado una segunda ronda de vacunación contra la polio en un intento de proteger a unos 590,000 niños menores de diez años. La primera fase, realizada en septiembre, logró una cobertura del 95% de los niños en edad de recibir la vacuna.
En medio de la violencia, el ejército israelí ha emitido nuevas órdenes de evacuación, conduciendo a miles de personas hacia el sur de la Franja de Gaza. Muhannad Hadi, coordinador humanitario de la ONU, manifestó su preocupación por las condiciones críticas que enfrentan las más de 400,000 personas que aún permanecen al norte, donde la intensificación de los bombardeos ha desintegrado cualquier forma de asistencia esencial. Sin infraestructura ni servicios básicos, la situación humanitaria sigue deteriorándose, planteando un sombrío desafío para la comunidad internacional.