La base aérea José Enrique Soto Cano, conocida popularmente como ‘La Palmerola’, ubicada en Comayagua, Honduras, ha sido un punto estratégico para Estados Unidos desde 1982. Esta instalación alberga a aproximadamente 500 militares estadounidenses, junto con 500 civiles procedentes de Estados Unidos y personal hondureño. La base cumple un rol crucial en la proyección de la influencia militar y política de Estados Unidos en la región centroamericana. Su presencia es un remanente de la Guerra Fría, cuando Washington buscaba contrarrestar la influencia comunista en América Latina. En la actualidad, ‘La Palmerola’ sigue siendo un lugar vital para operaciones de respuesta rápida frente a desastres naturales, misiones de apoyo humanitario y ejercicios de entrenamiento conjunto entre las fuerzas militares de ambos países.
La existencia continua de la base ha sido objeto de debate dentro de Honduras, donde sectores críticos sostienen que representa una intrusión en la soberanía nacional. Por otro lado, algunos defensores argumentan que proporciona empleo y contribuye a la economía local, además de fortalecer la cooperación bilateral en temas de seguridad. En el contexto geopolítico actual, la base sigue siendo un componente central de la estrategia militar de Estados Unidos en la región, ayudando a mantener la estabilidad y combatiendo el narcotráfico y otras amenazas transnacionales. Pese a ciertas tensiones, la cooperación entre ambos países en torno a ‘La Palmerola’ se mantiene robusta, reflejando una relación duradera que se ajusta a las dinámicas de seguridad contemporáneas.
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