En una emotiva ceremonia en el Centro Niemeyer de Avilés, el Gobierno de España rindió homenaje a quienes, tras la Guerra Civil y durante la dictadura, se vieron obligados a abandonar el país por motivos políticos e ideológicos. Este evento subrayó el papel esencial de aquellos hombres y mujeres en la defensa de la democracia, tanto desde el exilio como en la lucha contra el fascismo en Europa y América Latina.
La ministra de Igualdad, Ana Redondo; el presidente de Asturias, Adrián Barbón; y el secretario de Estado de Memoria Democrática, Fernando Martínez, destacaron durante la ceremonia la importancia de los “niños de la guerra”. Este reconocimiento incluyó la entrega de declaraciones de Reconocimiento y Reparación a sus familias, coincidiendo con el 80º aniversario de la liberación del campo de concentración de Mauthausen, donde más de 7.000 españoles fueron deportados.
El exilio de más de 450.000 españoles por razones políticas significó una vasta contribución a los países de acogida, donde exiliados como Max Aub y María Zambrano jugaron roles cruciales en la renovación cultural e intelectual. Desde la literatura hasta la política, su influencia fue notable y persistente.
En este contexto, la Ley de Memoria Democrática de 2022 ha posibilitado el reconocimiento oficial de los republicanos deportados a campos nazis, comprometiendo al Estado a honrar y preservar la memoria de estas víctimas del franquismo.
El evento también destacó a los “niños de la guerra”, quienes partieron de puertos como El Musel en Gijón hacia destinos que buscaban protegerlos de la represión franquista. Estos menores enfrentaron un exilio incierto que marcó sus vidas de manera profunda, simbolizando el desarraigo y la resiliencia del pueblo español.
Las familias de varios de estos exiliados recibieron emotivos reconocimientos. Se recordó a figuras como Nuria Balcells de Los Reyes, poeta y traductora; Alejandro Rodríguez Álvarez, el dramaturgo conocido como Alejandro Casona; y otros muchos cuyos legados continúan vivos y significativos. Las historias de estos individuos reflejan no solo el sufrimiento del destierro, sino también una increíble capacidad de reinvención y contribución a sus nuevas sociedades.
Este homenaje no solo busca sanar heridas del pasado, sino también fortalecer un compromiso actual con el recuerdo y la justicia, asegurando que el sacrificio de aquellos que lucharon por la libertad y la democracia nunca sea olvidado.
Fuente: Ministerio Políticas Territoriales y Memoria Democrática.