El Centro de Cultura Contemporánea Condeduque de Madrid se prepara para rendir homenaje a uno de los coreógrafos más innovadores de la escena contemporánea, el francés Boris Charmatz. Durante el mes de febrero, la institución acogerá dos de sus obras más notables, en una programación que se integrará dentro de la exposición «Este puede ser el lugar. El museo performado». Este evento se llevará a cabo en la emblemática Sala de Bóvedas del centro cultural, donde los asistentes podrán explorar, a través de la danza, nuevos diálogos entre espacio, cuerpo y arte.
La primera de las presentaciones, programada para el 20 de febrero, es «SOMNOLE» (2021), una pieza en solitario donde Charmatz regresa a sus raíces más introspectivas. En esta obra, el coreógrafo se acompaña únicamente por un suave silbido, creando un universo sonoro minimalista que dialoga con sus movimientos. Esta danza sutil explora el estado intermedio entre la vigilia y el sueño, planteando una reflexión íntima sobre la percepción y la presencia del cuerpo. A través de esta puesta en escena, Charmatz invita a los espectadores a sumergirse en una atmósfera onírica, donde la frontera entre lo mental y lo físico se diluye.
El día 22 de febrero, Charmatz participará en la interpretación de «(Untitled)» (2000), creada por el reconocido artista Tino Sehgal. Junto a Frank Willens, Charmatz llevará al escenario una pieza que destaca por la ausencia de escenografía y música, confiando únicamente en el poder expresivo del cuerpo desnudo. Basada en extractos de la danza del siglo XX, la obra busca emular la experiencia estética de un museo, trasladando al público a un entorno de pureza y contemplación. Este trabajo representa uno de los últimos acercamientos de Sehgal a la danza, antes de enfocar su carrera en el ámbito de las artes visuales.
Boris Charmatz es reconocido por cuestionar y expandir los límites tradicionales de la danza. Su trayectoria está marcada por proyectos experimentales como la escuela efímera Bocal, El Musée de la danse, y «Terrain», donde explora el estado de los cuerpos contemporáneos y busca conectar teoría y práctica. A través de sus performances, Charmatz transforma escenarios convencionales y espacios alternativos en laboratorios de creación artística, donde el movimiento y la emoción se fusionan en experiencias únicas.
La presencia de Boris Charmatz en el Centro de Cultura Contemporánea Condeduque ofrece una oportunidad excepcional para quienes deseen adentrarse en la innovación y exploración de la danza contemporánea. Con un enfoque que desafía las percepciones tradicionales y un lenguaje propio que combina la sensibilidad corporal con el intelecto, Charmatz invita al público madrileño a redescubrir los límites del arte en movimiento.