El Tribunal Supremo ha ratificado la condena de 14 años y cinco meses de prisión para un hombre en Almería, acusado de agredir sexualmente durante casi cuatro años a la hija menor de su pareja. La sentencia incluye además 16 años de prohibición de acercamiento e incomunicación con la víctima, una década de libertad vigilada y el pago de 30.000 euros como compensación civil. El tribunal considera probados estos hechos en base al testimonio consistente y detallado de la menor, el cual ha sido respaldado por un informe psicológico que confirma la veracidad de su relato. La denuncia fue interpuesta por la abuela materna tras conocer la situación, revelando el ambiente de control y miedo que había instaurado el acusado para mantener su silencio.
La investigación determinó que las agresiones comenzaron en enero de 2016, cuando la menor tenía 13 años, aprovechando el ingreso hospitalario de su pareja para someterla a relaciones sexuales, valiéndose de su rol de padrastro y la confianza instaurada. Durante este periodo, el acusado, que residía en la casa desde que la víctima tenía ocho años, mantuvo un estricto control sobre la joven, manipulándola emocionalmente y amenazándola con el miedo al hambre si él fuese encarcelado. La coerción ejercida, incluyendo episodios de celos y frecuentes broncas, mantenía a la menor en un estado de miedo y soledad, impidiendo que ella misma se rebelara contra los abusos, logrando así satisfacer sus deseos a costa de la vulnerabilidad de la menor.
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