La aviación israelí ha eliminado a otro importante dirigente del movimiento paramilitar en una acción que intensifica aún más las tensiones en la región. Esta operación, llevada a cabo en medio de un contexto altamente volátil, refleja la creciente frustración de Israel ante la incapacidad de frenar los lanzamientos de cohetes desde la zona controlada por el grupo paramilitar hacia su territorio. La incursión ha generado una escalada de declaraciones y advertencias entre ambas partes, aumentando la preocupación internacional sobre un posible conflicto de mayor envergadura.
En respuesta a los continuos ataques con cohetes, el gobierno israelí está considerando seriamente la opción de invadir la nación árabe, lo que podría desencadenar una guerra más amplia en Oriente Medio. Las autoridades israelíes argumentan que solo una intervención militar directa podría desmantelar la infraestructura paramilitar y restaurar la seguridad en la región. La comunidad internacional observa con incertidumbre, mientras diplomáticos y organizaciones intentan mediar para evitar una mayor escalada de violencia que podría afectar a toda la región.
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