En la capital, los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) han experimentado una significativa disminución del 39,2% entre 2019 y 2024, según datos recientes obtenidos de las 24 estaciones de medición distribuidas en toda la ciudad. Esta reducción es resultado de una serie de políticas ambientales implementadas en los últimos años, enfocadas en mejorar la calidad del aire y mitigar los efectos del cambio climático. Las autoridades locales han señalado que estas medidas incluyen la promoción del transporte público, la reducción del tráfico vehicular en zonas céntricas y la implementación de restricciones más estrictas para vehículos contaminantes. La notable mejoría en los niveles de NO2 refleja el compromiso de la ciudad con un ambiente más saludable para sus habitantes.
Los programas medioambientales han sido bien recibidos por los residentes, quienes han manifestado un notable cambio en la calidad del aire. A pesar de estos avances, expertos indican que es crucial mantener y reforzar estos esfuerzos para lograr una reducción aún más significativa de los contaminantes atmosféricos. Además, se destaca la importancia de la cooperación entre el gobierno local, las empresas y la comunidad en la implementación de prácticas sostenibles. Con la continua evaluación de la efectividad de estas iniciativas, la ciudad busca posicionarse como un modelo a seguir en la lucha contra la contaminación urbana a nivel global.
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