El Madison Square Garden se vistió de gala este viernes para celebrar el paso de los New York Knicks a la final de la Conferencia Este de la NBA. Veinticinco años después de su último intento, el equipo neoyorquino logró un histórico avance tras vencer contundentemente a los Boston Celtics por 119-81, sellando así el 4-2 en la serie. La victoria frente a los vigentes campeones, que no consiguieron defender su título debido a una serie de contratiempos, como la lesión de Jayson Tatum, marca un notable hito para los Knicks. Liderados por Jalen Brunson, recientemente nombrado mejor jugador en momentos decisivos, y con el apoyo de Karl-Anthony Towns, los Knicks se han mostrado decididos y efectivos, consolidando un equipo que aspira al máximo este año.
Por su parte, los Boston Celtics enfrentaron una amarga derrota. Con un equipo que hace tan solo un año se alzó como el más laureado de la NBA al conseguir su decimoctavo título, sus aspiraciones de defender el campeonato se vieron frustradas. Las ausencias de Tatum y la falta de alternativas tácticas más allá de los triples expusieron las debilidades del equipo. Mientras tanto, los Knicks se preparan para enfrentarse a los Indiana Pacers en la final del Este, a quienes ya ganaron en dos de tres encuentros durante la temporada regular. Con una base sólida y el impulso de un equipo motivado, los Knicks buscan seguir los pasos de sus contrapartes femeninas, las New York Liberty, quienes acaban de romper una sequía histórica al ganar su primer título de la WNBA.
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