El gobierno de Gabriel Boric ha logrado un acuerdo crucial con los senadores de la coalición de derecha Chile Vamos para avanzar en la reforma del sistema de pensiones, tras una década de estancamiento. Esta colaboración incluye modificaciones significativas, como la licitación del stock de afiliados a las AFP, con el objetivo de reducir comisiones y fomentar la competencia en la industria. La ministra del Trabajo, Jeannette Jara, enfatizó que estos cambios, aunque no eliminan las AFP, abren puertas para reformar un sistema bloqueado por años, definiéndose cómo «un avance necesario» que busca adaptarse a las expectativas económicas y sociales del país. La propuesta del gobierno incorpora aportes incrementales de los empleadores, fortaleciendo individualmente las cuentas de capitalización y proyectando un nuevo Seguro Social de ser aprobada la reforma.
El apoyo unánime de la comisión de Trabajo y Previsión Social marca un hito en las discusiones legislativas, preparando el terreno para un trámite auspicioso en el Senado. Esta reforma podría revitalizar el debilitado mercado de capitales chileno, afectado por los retiros extraordinarios durante la pandemia, y potenciaría la economía con mayores ahorros y financiación accesible para créditos y empresas. Además, se proponen incrementos en la Pensión Garantizada Universal, beneficiando a los afiliados más vulnerables. Aunque este histórico acuerdo requiere concesiones que no satisfacen plenamente ni a oficialistas ni a opositores extremos, como lo admiten las autoridades, se considera un paso decisivo hacia los cambios estructurales que Chile demanda. Se espera que el debate en el Senado continúe perfilando una reforma que podría definir el legado económico de la administración Boric.
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