Unos 8.500 funcionarios de la Agencia Tributaria han convocado su primera huelga desde 2008, manifestando su descontento con el enfoque actual de las políticas fiscales. Critican que mientras el control a pequeñas y medianas empresas (pymes) y autónomos se intensifica, los grandes evasores fiscales se benefician de una supervisión considerablemente más laxa. Esta acción reivindicativa refleja una creciente frustración entre los trabajadores del sector, quienes exigen políticas fiscales más justas y equitativas que no sólo se centren en los contribuyentes más pequeños.
La huelga se produce en un contexto de fuertes críticas al sistema de recaudación, donde se percibe una evidente desigualdad en la ejecución de controles fiscales. Los funcionarios enfatizan la necesidad de fortalecer los mecanismos de supervisión a los grandes evasores para asegurar que el sistema tributario no solo recaiga sobre los más vulnerables. A medida que avanza la movilización, se espera que las autoridades respondan a estas demandas con medidas que promuevan una mayor justicia fiscal y un equilibrio en la aplicación de controles.
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