Los últimos supervivientes de una catástrofe nuclear aseguran que las lecciones del pasado aún no han sido plenamente aprendidas. En un contexto global donde las tensiones nucleares persisten, estos testigos recuerdan la devastación vivida y subrayan la importancia de priorizar la diplomacia sobre el rearme militar. Advierten que el incremento en la acumulación de armas nucleares podría desencadenar eventos similares a los que devastaron regiones enteras en el pasado y resaltan la necesidad de buscar soluciones pacíficas y negociadas para evitar conflictos armados de gran escala.
En los últimos años, la comunidad internacional ha visto un resurgimiento de la carrera armamentista nuclear, generando preocupaciones sobre la estabilidad global. Los supervivientes argumentan que recurrir al armamento en lugar de promover el diálogo eleva innecesariamente los riesgos y socava los esfuerzos de paz alcanzados en décadas pasadas. Instan a los líderes mundiales a recordar el pasado y a trabajar juntos para construir un futuro en el que la cooperación y la paz sean la norma, protegiendo a las futuras generaciones de las tragedias del pasado.
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