En un movimiento estratégico para fortalecer lazos y propiciar oportunidades, la delegada de Economía, Innovación y Hacienda, Engracia Hidalgo, se reunió con representantes de multinacionales extranjeras establecidas en Madrid. Este encuentro, organizado por la Confederación Empresarial de Madrid-CEOE (CEIM), busca fomentar el acercamiento y el networking entre la administración local y las corporaciones internacionales que juegan un papel crucial en la dinamización económica y el empleo en la ciudad capitalina.
El evento destacó por su enfoque cultural y gastronómico, presentando un taller culinario dedicado a la preparación del tradicional rabo de toro, dirigido por el reconocido chef español Mario Sandoval. Esta actividad no solo promovió la riqueza culinaria de España, sino que también puso de relieve el patrimonio cultural del país. Hidalgo insistió en la relevancia de mostrar estas tradiciones a las empresas extranjeras, argumentando que «el patrimonio cultural es un nexo vital entre naciones y entidades, contribuyendo significativamente al desarrollo económico y empresarial de Madrid».
El encuentro tuvo como escenario el prestigioso Heritage Hotel, donde personalidades como el diestro Uceda Leal aportaron sus perspectivas sobre el impacto cultural y económico de las ferias taurinas de San Isidro y Otoño en Las Ventas. Leal subrayó la resonancia internacional de estos eventos y su contribución a la imagen cultural de Madrid.
Las estadísticas proporcionadas por la Asociación Nacional de Operadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) revelan que el sector del toro genera aproximadamente 12.000 empleos en la Comunidad de Madrid. Esta cifra subraya el potente efecto económico, especialmente en las áreas rurales, con un impacto anual de 140 millones de euros en la región.
En la reunión también participaron figuras destacadas del ámbito empresarial, como Miguel Garrido, presidente de CEIM, y Verónica García Castelo, CEO del Heritage Hotel. Ataviados con delantales, los asistentes no solo se limitaron a observar sino que se involucraron activamente en la elaboración de platillos, degustando las creaciones con un renovado aprecio por el sabor y la tradición que envuelven al rabo de toro.
Este evento no solo fortaleció las relaciones entre las multinacionales y el gobierno local, sino que también sirvió de plataforma para resaltar cómo la herencia cultural y gastronómica española puede ser un catalizador para la colaboración y el crecimiento económico en Madrid.