El Ayuntamiento de Madrid ha anunciado un ambicioso plan para renovar el transporte público de la ciudad, priorizando la sostenibilidad y la eficiencia energética. El proyecto, que se implementará en varias fases a lo largo de los próximos dos años, incluye la introducción de buses eléctricos y la ampliación de la infraestructura para bicicletas. Este esfuerzo es parte de una estrategia más amplia para reducir las emisiones de carbono en la capital, alineándose con los objetivos climáticos internacionales y la creciente demanda ciudadana por una movilidad más ecológica. La alcaldesa ha destacado el compromiso del gobierno municipal de situar a Madrid como una ciudad líder en movilidad sostenible dentro de Europa.
Con un presupuesto multimillonario, el plan también contempla la modernización de la red de metro, mejorando la accesibilidad y la frecuencia de los trenes. Se espera que más de un millón de madrileños se beneficien directamente de estas mejoras, reduciendo considerablemente los tiempos de espera y el congestionamiento vehicular. Las organizaciones medioambientales han aplaudido la iniciativa, aunque subrayan la importancia de mantener un enfoque a largo plazo y ajustar las medidas según las necesidades emergentes de la población. Mientras tanto, los habitantes muestran expectativas optimistas, anticipando un impacto positivo en su calidad de vida y en la reducción de la contaminación urbana.
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