Un aparcamiento en la calle Lilos se ha convertido en el epicentro de un trágico incidente al desatarse un incendio en un vehículo eléctrico, episodio que ha puesto en evidencia las complejidades para controlar este tipo de siniestros. Según los bomberos, el aparcamiento era «uno como cualquier otro en principio», pero la situación se complicó cuando el incendio se propagó, dificultando las labores de extinción debido a las características particulares de los vehículos eléctricos. Estos automóviles, que cuentan con baterías de litio, suponen un desafío adicional frente a los tradicionales, ya que requieren métodos específicos para ser apagados, al tiempo que pueden reavivarse incluso horas después de haber sido extinguidos.
Expertos en seguridad han expresado su preocupación por la falta de preparación y recursos adecuados para atender incendios vehiculares de este tipo, lo cual puede resultar en situaciones de alto riesgo tanto para los equipos de emergencia como para el público. Destacan la necesidad de desarrollar protocolos especializados y contar con equipamiento adecuado para gestionar estos sucesos, que son cada vez más comunes dada la proliferación de coches eléctricos por temas de sostenibilidad y medio ambiente. Este incidente refuerza el llamado a las autoridades para que se elaboren guías claras y se implementen medidas efectivas para garantizar la seguridad en los espacios públicos y la eficiencia en la respuesta ante emergencias de esta naturaleza.
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