El diestro toledano logró cortar una oreja en una tarde complicada en la plaza de toros de Madrid, lidiando un ejemplar encastado del hierro de José Escolar. La corrida se presentó dura, con un fuerte viento que aumentó la dificultad para los toreros en el ruedo. A pesar de las condiciones adversas, el toledano mostró destreza y valentía, lo cual le permitió conectar con el público y ganarse un merecido trofeo. El acto fue recibido con aplausos, destacando su capacidad para enfrentar un desafío de tanta magnitud.
Por otro lado, el torero Esaú Fernández tuvo la oportunidad de lucirse con el ejemplar más manejable de la tarde, pero dejó escapar el trofeo. Aunque su estilo fue aplaudido y mostró momentos de gran calidad, pequeños desaciertos le impidieron conseguir el reconocimiento del jurado. La jornada taurina claramente mostró la exigencia y la maestría necesarias en el arte de lidiar, con cada movimiento evaluado atentamente tanto por los jueces como por los aficionados presentes.
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