Un reciente informe publicado en la revista Science destaca el uso ancestral de la coca en los Andes, donde durante milenios ha sido fundamental para aliviar el hambre, la sed y la fatiga entre los trabajadores locales. Este documento explora cómo las hojas de coca han sido un recurso vital para las poblaciones andinas, proporcionándoles energía y resistencia en las arduas jornadas de trabajo en altitudes extremas. La investigación resalta que, a pesar del controvertido papel de la coca en la producción de cocaína, su consumo tradicional, en forma de masticado, ha tenido un impacto positivo y significativo en la vida de estas comunidades.
El estudio también aborda el contexto sociocultural de la planta, subrayando su importancia no solo como una herramienta fisiológica, sino también como un elemento integral en rituales y prácticas culturales de los pueblos indígenas. A pesar de la estigmatización asociada con su uso, el informe aboga por una reconsideración de su papel en la región, sugiriendo que comprender su valor histórico y cultural podría influir en políticas más equilibradas y contextualizadas sobre su consumo y cultivo. Este enfoque permite apreciar la complejidad y el legado de la coca, más allá de su asociación con el narcotráfico.
Leer noticia completa en El Mundo.