En la antesala del encuentro entre Barcelona y Rayo Vallecano, donde los azulgranas aspiran a liderar nuevamente La Liga junto al Real Madrid, Hansi Flick, técnico del Barcelona, sorprendió al adoptar una nueva estrategia al lidiar con los medios de comunicación. El alemán se pronunció sobre un incidente relacionado con Jude Bellingham, jugador del Real Madrid, quien fue expulsado por el árbitro Munuera Montero tras presuntamente haberle dirigido palabras irrespetuosas. Flick subrayó la importancia de mantener el respeto en el campo, dejando claro que frases como «fuck off» y «fuck you» son inadmisibles, independientemente del contexto. En un firme mensaje a sus propios jugadores, Flick enfatizó que solo el capitán está autorizado para dialogar con los árbitros, instando al resto del equipo a no malgastar ni tiempo ni energía en debates inútiles con el cuerpo arbitral.
El caso de Bellingham ha desatado opiniones divididas. Mientras el jugador del Madrid defiende que sus palabras fueron malinterpretadas, el técnico Carlo Ancelotti respaldó a su pupilo al insinuar que el árbitro tal vez no comprendió bien el inglés. Esta controversia no es aislada; se suma a otras polémicas recientes que han salpicado a La Liga, sin que, según Ancelotti, puedan comentarse con profundidad para evitar sanciones. Ante estas circunstancias, Flick ha optado por una posición prudente, prefiriendo enfocarse en el rendimiento de su equipo y su ascenso en la clasificación. Tanto Flick como Ancelotti, a pesar de sus críticas veladas y sus respectivas maniobras discursivas, parecen concordar en que los cambios reales en el fútbol español van más allá de lo que se pueda discutir públicamente.
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