En un accidentado encuentro en Vallecas, el Barcelona logró un empate con el Rayo gracias a las destacadas intervenciones de su guardameta, Joan García, y un polémico penalti sancionado sin la intervención del VAR. El técnico del Barcelona, Hansi Flick, lamentó la falta de cohesión en su equipo, señalando que «los egos matan el éxito de un equipo». La ridícula situación del VAR, que funcionó intermitentemente, generó fuertes críticas del capitán del Rayo, Isi Palazón, quien expresó su frustración al señalar que los errores arbitrales siempre parecen favorecer al mismo equipo. Asimismo, Flick reconoció que el conjunto azulgrana cometió demasiados errores y elogió el rendimiento de García, cuya actuación fue crucial para mantener el marcador.
La polémica se centró en la decisión del árbitro Mateo Busquets de señalar un penalti a favor del Barcelona después de un aparente contacto en el área que sin el VAR no pudo ser revisado. Esta decisión se mantuvo, a pesar de las protestas de los jugadores del Rayo, quienes cuestionaron la imparcialidad del arbitraje. Iñigo Pérez, entrenador del Rayo, fue crítico con la logística del VAR, llamando a una revisión del sistema para asegurar un juego justo. El desacuerdo sobre el uso del VAR y la falta de conexión efectiva marcó un partido que, además, dejó al técnico azulgrana insatisfecho con el desempeño de sus jugadores, destacando la necesidad de mejorar la intensidad y corregir la frecuencia de pérdidas de balón después del parón de selecciones.
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