Israel ha dado inicio este lunes al cierre de un doloroso capítulo histórico al concretar la liberación de los últimos 20 rehenes israelíes en Gaza, bajo el control de Hamás. Este evento, seguido con entusiasmo y lágrimas de alivio por miles en Tel Aviv, se desarrolló en dos fases supervisadas por el Comité Internacional de la Cruz Roja. A cambio, Israel se comprometió a liberar cerca de 2,000 prisioneros palestinos durante la jornada. La emoción en la plaza rebautizada como de los rehenes se mezcló con incertidumbre por el destino de los cuerpos de 28 cautivos israelíes muertos, cuyo retorno aún no se ha confirmado.
La visita del presidente estadounidense, Donald Trump, coincidió con estos acontecimientos. Aclamado por muchos israelíes como el artífice del acuerdo, Trump fue recibido con honores y comparaciones históricas en Jerusalén. Su discurso en el Parlamento reforzó el compromiso con el plan de paz y la promesa de desarme de Hamás. Desde Jerusalén, el mandatario se desplazará a Egipto para la ceremonia de firma del acuerdo de paz para Gaza, con la participación de líderes internacionales. Mientras tanto, los autobuses con prisioneros palestinos comenzaron a trasladar a los liberados desde las cárceles israelíes a la Franja de Gaza y Cisjordania, cerrando un ciclo de negociaciones intensas y complejo diseño político en la región.
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