El grupo terrorista Hamás ha reconocido haber entregado erróneamente un cuerpo equivocado del rehén Shiri Bibas, asegurando luego haber proporcionado el correcto a la Cruz Roja en Gaza. Inicialmente, las pruebas de ADN realizadas en Israel revelaron que los restos entregados no pertenecían a Bibas ni a otros cautivos, obligando a la organización a enmendar el error. El cuerpo, junto con los de sus hijos Ariel y Kfir Bibas, será trasladado al instituto forense Abu Kabir en Tel Aviv para un nuevo proceso de identificación. Esta situación resalta las complicaciones en el manejo de los restos durante situaciones de conflicto, donde la confusión y el dolor se entrelazan, exacerbados por un clima de desconfianza y atrocidades.
Por su parte, Hamás justificó esta confusión afirmando que los restos de Bibas podrían haberse mezclado con otras víctimas de ataques aéreos israelíes en Gaza, lo que habrían dificultado su correcta identificación. Sin embargo, las investigaciones forenses desmienten la versión de Hamás de que la aviación israelí fuera responsable de la muerte de los miembros de la familia Shiri, al determinar que los niños fueron brutalmente asesinados durante su cautiverio. Este incidente subraya la brutalidad del conflicto y la desinformación que a menudo acompaña a las hostilidades, dificultando tanto la búsqueda de justicia como el cierre para las familias afectadas.
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