Hackers chinos han logrado infiltrarse en empresas de telecomunicaciones estadounidenses para acceder a los teléfonos del expresidente Donald Trump y su número dos, J.D. Vance, en un acto de espionaje supuestamente orquestado por servicios de inteligencia de Pekín, a pocos días de las elecciones presidenciales del 5 de noviembre. Aunque no ha trascendido qué tipo de información han obtenido, se sabe que también la campaña de Kamala Harris ha sido afectada. Según un comunicado del FBI, «actores afiliados a la República Popular China» son los responsables de acceder sin autorización a la infraestructura de telecomunicaciones comerciales. Este incidente se enmarca dentro de una serie de ciberataques que China ha llevado a cabo durante años para recolectar datos privados de ciudadanos estadounidenses y espiar tecnología y secretos corporativos de grandes empresas del país.
La gravedad y el momento de estos ataques, a pocas semanas de las elecciones presidenciales, han generado preocupación entre funcionarios que consideran que la operación podría ser más extensa que un intento de interferir en las elecciones. Por su parte, la campaña de Trump ha criticado a la administración de Biden por su supuesta debilidad ante los adversarios de Estados Unidos, mientras que un portavoz de la embajada china en Washington ha negado la implicación de Pekín en estos actos. La Casa Blanca ha mantenido reuniones confidenciales para evaluar los daños, que también han afectado a las principales compañías de telecomunicaciones como Verizon, AT&T y Lumen. A pesar de estas acciones, la CIA sostiene que China mantiene una postura neutral en la carrera presidencial y se enfoca en candidaturas del Senado y la Cámara de Representantes, basándose en temas de interés clave para Pekín, como el apoyo a Taiwán.
Leer noticia completa en OK Diario.
