En España, Bizum se ha afianzado como el método de pago predilecto para gestiones del día a día, desde dividir cuentas en cenas hasta adquirir boletos de lotería en grupo. Su facilidad y rapidez lo han vuelto un aliado cotidiano. Sin embargo, la simplicidad de su funcionamiento no exime a los usuarios de cumplir con las normativas fiscales establecidas por la Agencia Tributaria. A pesar de ser un medio de transferencia inmediata, Bizum está sujeto al control como cualquier otra operación bancaria, siendo objeto de vigilancia por parte de Hacienda.
El auge de Bizum se explica por su capacidad de realizar transferencias instantáneas con solo el número de teléfono del destinatario, lo que ha facilitado su adopción entre usuarios de diversas edades. No obstante, este método, que a simple vista podría parecer informal, opera como una transacción bancaria convencional y, por lo tanto, está supervisado por la Agencia Tributaria. Esto implica que, en situaciones particulares, los usuarios estén obligados a declarar sus transferencias realizadas a través de Bizum.
Para prevenir el uso inapropiado y eludir complicaciones regulatorias, Bizum impone ciertas restricciones a sus usuarios particulares. Los límites más destacados son: un importe mínimo de 0,50 euros por transacción y un máximo de 1.000 euros (aunque algunos bancos reducen este a la mitad). Además, el importe máximo que se puede recibir diariamente es de 2.000 euros, con un límite mensual de envío de 5.000 euros y un tope anual de recepción de 10.000 euros. También establece un máximo de 60 operaciones recibidas al mes. Para las empresas, estas limitaciones son más flexibles, siempre que estén registradas en la plataforma y los ingresos se destinen a facturación oficial.
Conforme a la normativa vigente, si un usuario recibe 10.000 euros o más al año a través de Bizum, está obligado a informar estos ingresos en su declaración de la renta, independientemente del origen, ya sea una única fuente o múltiples remitentes. Aunque la probabilidad de que un usuario común alcance este monto es baja, no deja de ser relevante en ocasiones específicas, como la venta de bienes personales al mudarse.
El incumplimiento de estos límites puede conllevar a que Hacienda interprete que el usuario está realizando una actividad económica, lo que podría acarrear consecuencias fiscales con posibles requerimientos para aclarar el origen de dichos ingresos.
En el ámbito empresarial, Bizum ha ganado terreno como una opción de pago cada vez más popular. La simplicidad y rapidez de esta forma de transacción la hacen atractiva para muchos negocios que buscan ofrecer comodidad a sus clientes. Sin embargo, estos ingresos deben ser registrados y debidamente declarados.
En resumen, aunque Bizum es un recurso altamente conveniente y accesible, no está exento de las obligaciones fiscales. Por lo tanto, es crucial que los usuarios sean conscientes de los límites estipulados por Hacienda y utilicen la plataforma de manera responsable, prestando especial atención a las transacciones que se realicen con frecuencia o que involucren montos significativos.