La Agencia Tributaria ha intensificado su vigilancia sobre las transferencias bancarias entre familiares, enfocándose especialmente en las transacciones entre padres e hijos, para evitar donaciones encubiertas que escapen al control fiscal. A partir de ahora, los bancos deberán reportar automáticamente cualquier transferencia que supere los 3.000 euros, permitiendo a Hacienda un mayor seguimiento de estos movimientos. Si el importe alcanza o supera los 6.000 euros, podría desencadenar una investigación para comprobar si se trata de donaciones no declaradas, lo que podría conllevar sanciones. Este control se extiende también a otras transacciones financieras que podrían facilitar la elusión fiscal, como pagos en efectivo y operaciones que involucren billetes de alto valor.
Paralelamente, las diferencias territoriales en el Impuesto de Sucesiones y Donaciones seguirán siendo notables entre las comunidades autónomas. Algunas regiones han anunciado cambios significativos para 2025, buscando mayor equidad o beneficios fiscales para ciertas operaciones. Por ejemplo, la Comunidad de Madrid incrementa la bonificación para algunas donaciones familiares, mientras que Cataluña establece exenciones para descendientes menores de 21 años. En la Comunidad Valenciana y Andalucía, las herencias están considerablemente bonificadas, lo que podría influir en el comportamiento de los contribuyentes a la hora de realizar transferencias y planificar herencias. En este contexto, el refuerzo del control por parte de Hacienda tiene el claro objetivo de asegurar que estas operaciones se realicen dentro del marco legal vigente y que se cumplan las obligaciones tributarias correspondientes.
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